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sábado, 7 de mayo de 2011

El Problema dEl consumo DE SustAncIas PsICoactivas.

EL PROBLEMA DEL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS


Están plenamente demostradas las alteraciones psicosomáticas que se experimentan como consecuencia de la ingestión de narcóticos; cada una de estas drogas ejerce una acción que de una forma directa o indirecta afectan al consumidor en sus actitudes, sus creencias, su personalidad y su conducta y pueden facilitar la realización de algunos actos que en condiciones de no ingesta del producto, tal vez, no serían llevados a cabo.

Nuestro país ha sobre penalizado estas sustancias ilícitas, debido sobre todo a la presión que ejerce la comunidad internacional en la lucha contra el  narcotráfico, lucha que comienza contra el poderío económico y el terrorismo derivado del tráfico, pero luego se desvía hacia el consumidor que termina muchas veces equiparado al delincuente narcotraficante, de tal manera, que la justicia colombiana termina penalizando no solo la producción y la exportación sino hasta el consumo, atentando contra las libertades individuales.

Frente al problema del consumo de SPA, del abuso y de la dependencia a las sustancias abordaremos algunas teorías que explican el porqué del consumo, cómo se convierte en un hábito y cómo genera dependencia. Estas teorías deberían ser más tenidas en cuenta en la formulación de políticas de revención
y rehabilitación.

Es innegable la tradición que en muchas sociedades representa el consumo de sustancias psicoactivas, el cual puede estar asociado a prácticas socioculturales e incluso religiosas como es el caso de algunas comunidades indígenas de nuestro país.
En algunos rituales el consumo puede, incluso, poseer la connotación de sagrado. Pero, contextualizando en el grupo objeto de nuestra investigación, estamos convencidos de que muy pocos de esos consumidores condenados por algún tipo de infracción a la ley penal, han consumido algún tipo de sustancias como un acto sagrado. Así que no utilizaremos esta concepción
de la droga para justificar el consumo, pero tampoco caeremos en el extremo de la satanización, ni de la represión.
Lo que intentamos es reconocer unas características psicológicas comunes, que lejos de discriminar o establecer prejuicios frente a los consumidores, nos permitan con bases sólidas plantear directrices tanto de prevención como de intervención.

LA ADICCIÓN COMO ENFERMEDAD CEREBRAL

Las bases neurológicas de la dependencia a las drogas están casi comprobadas. Se habla de una alteración en los niveles de dopamina  (neurotransmisor del sistema nervioso central, responsable de funciones, emociones y sensaciones de placer) en determinadas áreas cerebrales como principal causante de adicción. El fenómeno fundamental que conlleva a un individuo a convertirse en adicto es un fenómeno biológico, por lo tanto los principios subyacentes que describen la vulnerabilidad o la propensión a volverse adicto son universales.
No hay duda de que hay diferencias individuales en las experiencias de consumo de drogas, y que no todos se convierten en adictos con la misma facilidad, unos lo hacen con marcada rapidez, mientras que otros no tan rápidamente. Esto dependerá seguramente de los genes y de otros factores como el ambiente, el contexto social y la persona misma.

La predisposición a la adicción a la heroína o a cualquier otro opiáceo puede ser hereditaria. Se ha encontrado en varios adictos un gen que codifica el uso de dopamina en el cerebro. Por años los científicos han tratado de profundizar en esta hipótesis pero no tenían las herramientas necesarias para hacerlo.
Ahora son varios los genes de dopamina que se han relacionado tentativamente al abuso de las drogas y el alcohol (especialmente D2 y D4). Variaciones hereditarias en estos genes modifican la eficacia con la que las neuronas procesan dopamina; como consecuencia, los científicos especulan acerca de la posibilidad de que un gen supereficiente transportador de dopamina “limpie” la dopamina de la sinapsis de manera extremadamente rápida. Puede ser este un factor que predispondríama algunos individuos al consumo de sustancias.

La mayoría de las drogas adictivas mayores, así sean estimulantes como la cocaína o depresores como la heroína, imitan la estructura de los neurotransmisores. Los neurotransmisores son las sustancias que subyacen o que “están detrás” de cada pensamiento, de cada emoción, de los procesos de aprendizaje y de la memoria; ellas elevan las señales entre todas las células nerviosas del cerebro. De los 50 aproximadamente neurotransmisores descubiertos hasta hoy, una buena cantidad, incluyendo a la dopamina, juega un papel importante en las adicciones.

MODELO PSICOANALÍTICO

El psicoanálisis ha propuesto diferentes explicaciones en las cuales el factor común será un trastorno emocional subyacente, y la ingestión del producto tóxico será solo una manifestación.
Es decir que la toxicomanía no sería una enfermedad sino el síntoma más visible de esta. Las hipótesis psicoanalíticas pueden resumirse en cuatro posiciones diferentes (Vallejo J.1991).

1. La fijación oral. La droga disminuye la tensión y reduce el miedo en una tentativa de retornar al estado confortable del vientre maternal.
2. La angustia de castración.
3. Una manifestación hostil de la sociedad en la cual el sujeto descarga el odio que ha acumulado contra el padre.
4. La homosexualidad latente que se satisface durante el efecto del producto.
En este modelo se hace énfasis en una estructura de déficit narcisístico. La seguridad de base será establecida de una manera deficiente a causa de la falta de sostén de los padres (principalmente de la madre) y las identificaciones primarias serán bastante frágiles.
La distribución de la psicopatología en neurosis, psicosis y perversiones no es suficiente para explicar las conductas toxicomaníacas,  ya que el toxicómano se sitúa en una relación preedípica en la cual dos personas participan, pero solamente una de ellas es importante.

El uso de sustancias psicoactivas también es visto como consecuencia de la utilización del mecanismo de defensa de la introyección.
Cuando una persona usa básicamente este mecanismo nos encontramos con problemas de drogadicción pero también, por ejemplo, de obesidad. Estos comportamientos son vistos como típicos de las personas que tienden a  tragarse el mundo y no lo digieren, buscan continuamente marcos de referencian y establecen relaciones de dependencia que justifican su modo de ser  (Carmona 1995).

Tipos de consumo de SPA

Es necesario precisar que, desde el punto de vista de su desarrollo temporal, el consumo de SPA puede ser algunas veces único, algunas veces episódico y otro repetitivo. Desde el punto de vista de sus implicaciones sociales, puede ser solitario o colectivo. Entonces, pueden existir dos tipos de aproximaciones al producto:

El uso recreativo

En estos casos el consumo no es ni un estado definitivo ni una estructura sino un síntoma. Es una práctica que permite a los jóvenes con crisis de identidad adoptar la del toxicómano independientemente del producto. El uso simple es un consumo que no representa complicaciones para la salud ni trastornos
de comportamiento con consecuencias nocivas para otros. Son frecuentes los casos de adolescentes que experimentan por curiosidad, para divertirse o para imitar a los otros. La mayoría de las veces se trata de consumos ocasionales y moderados que conciernen un número importante de usuarios de alcohol.

El uso nocivo

El uso nocivo o problemático es un consumo susceptible de provocar daños físicos, psíquicos, afectivos, psicológicos y sociales para el consumidor y para su ambiente próximo o lejano. Este uso no está ligado únicamente a la cantidad consumida en una sola vez ni a la repetición de un consumo moderado y controlado de ciertas sustancias. Los riesgos tienden al peligro específico del producto, a los daños para la salud y a las consecuencias sociales del consumo.
Los riesgos para la salud (riesgos sanitarios) incluyen una deteriorización del estado físico, la complicación de ciertas enfermedades, algunas muertes prematuras, y los riesgos para la vida cotidiana (riesgos sociales) implican situaciones donde el consumo y sus efectos pueden ocasionar un peligro,  entrañan daños para sí y los otros.







EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN COLOMBIA

El consumo de sustancias psicoactivas se ha convertido en un problema de salud pública, según lo refiere la Política Nacional de Salud Mental. Se debe tener en cuenta que drogas tradicionalmente consumidas en el exterior se están utilizando con furor en Colombia, como el éxtasis, especialmente en jóvenes de estratos sociales altos.
Con el objetivo de proveer información que permita planear y evaluar programas de prevención, se realizó el tercer estudio de la Dirección Nacional de Estupefacientes sobre el consumo de SPA en Colombia año 2002. La prevalencia del consumo de sustancias se encuentra distribuida así:
El consumo alguna vez en la vida de cualquier sustancia ilegal (marihuana, cocaína, bazuco o heroína) fue de 5,9%. Estimado en más de un millón cien mil hombres (11,4%) y casi 300 mil mujeres (1,9%) (Dirección Nacional de Estupefacientes 2002).


ALCOHOL

Aproximadamente 9 de cada 10 personas manifestaron haber consumido algún tipo de licor por lo menos una vez en su vida. La prevalencia de consumo, según edad y sexo, revela que el consumo en hombres es significativamente mayor al de las mujeres. El nivel de consumo del grupo de menores de edad, entre 12 y 17 años, alcanza el 66,2%. La mayor proporción de consumo de alcohol se presentó entre personas con mayor nivel educativo y residente en las grandes ciudades (Dirección Nacional de Estupefacientes 2002).

En general, en los últimos años, se encuentra un incremento del consumo por parte del género femenino que puede relacionarse con la mayor aceptación hacia la participación de la mujer en espacios sociales y recreativos que anteriormente exigían más control en el consumo de bebidas.

La edad de iniciación está en el grupo de 12 a 15 años, y recientes estudios constatan hábitos de consumo frecuente en escolares de 8° y 9° (Ministerio de Protección Social 2005).Es importante tener en cuenta estos datos, ya que la literatura refiere que la temprana iniciación se comporta como predictor de consumo problemático asociado con el policonsumo y la violencia juvenil.

Las políticas encaminadas al control del alcoholismo se han dirigido al control de la venta a menores de edad y a mujeres en estado de gestación, y al establecimiento del horario de trasmisión de publicidad relacionada con alcohol y tabaco; estas medidas resultan innecesarias de acuerdo a los índices elevados que muestra el consumo.

Con respecto al tratamiento se resaltan acciones a nivel de organizaciones no gubernamentales como Alcohólicos Anónimos que actúa con efectividad en la rehabilitación de individuos en más de 160 países. De esta organización existen solamente en Bogotá 91 grupos sin ánimo de lucro que brindan apoyo a personas en estado de alcoholismo y a sus familias.

MARIHUANA

La marihuana juega un importante papel en la epidemia del consumo de sustancias; es la droga ilegal de mayor consumo en los jóvenes, tanto en el país como en el ámbito mundial. Con respecto a esta sustancia es importante mencionar el desconocimiento de sus efectos reales; es frecuente que las personas describan la marihuana como poco peligrosa ya que no produce adicción.

En Colombia la marihuana es la sustancia ilícita de mayor consumo, y los jóvenes de zonas urbanas los más vulnerables (Caracol, cadena radial, 27 de junio de 2003). De acuerdo con la Dirección Nacional de Estupefacientes, el 5,4% de las personas entre 12 y 60 años la habían probado alguna vez, en tanto que para Rumbos en el 2001 el 8,9% de jóvenes entre 10 y 24 años la habían consumido alguna vez; las mujeres tienden a igualar ese  comportamiento y que la demanda de nuevas sustancias de origen químico industrial tiende a aumentar.

BAZUCO

El consumo del bazuco fue iniciado en el Perú, y su consumo se ha dado en Colombia en forma epidémica. Se asocia con individuos que habitan en la calle, dado el costo y la calidad de la sustancia.

INHALABLES

Las sustancias inhalables son frecuentemente usadas en Colombia por los niños de la calle para mantenerse despiertos o alerta, o al contrario para lograr dormir, eliminar el dolor físico o emocional, o para reemplazar la ingesta de alimentos. Esta sustancia es la más usada por estos menores por su bajo precio y alta disponibilidad; por ejemplo, el pegante se consigue en áreas donde la zapatería es común, los solventes en las áreas industriales.

El uso de drogas entre las personas de la calle se relaciona estrechamente con otros problemas de salud y comportamientos de riesgo como la prostitución, la explotación sexual y el sexo inseguro, práctica que ha contribuido a una incidencia creciente de HIV/SIDA entre este grupo en particular. El consumo alguna vez en la vida de inhalantes, como algunos solventes y pegantes, se estima en unas 873 mil (3,8%), 318 mil de ellos pertenecen al grupo de 12 a 17 años, unos 240 mil residen en las grandes ciudades y 315 mil tienen secundaria incompleta.

Respecto a la percepción que tiene la población con respecto al acceso a las sustancias, se encontró que aproximadamente el 44% considera que resulta fácil conseguir marihuana para el consumo, lo mismo opina el 37% con respecto a consumir bazuco; el porcentaje disminuye al 24% cuando se trata de la cocaína, al 13,5% al indagar sobre la heroína. Cerca del 19% de la población opina que el alcohol no es, o es poco perjudicial para la salud. Un porcentaje similar considera lo mismo con respecto al consumo de cigarrillo (Dirección Nacional de Estupefacientes 2002).


FACTORES PREDISPONENTES

En Colombia se encuentran algunos factores de riesgo específicos resultado de las dinámicas sociales y políticas por las que se encuentra atravesando el país. Así, buena parte de la población colombiana se encuentra en riesgo de ver comprometida su salud mental, y en virtud de la confluencia de una amplia serie de factores, la probabilidad de sufrir algún tipo de alteración como consecuencia del uso de sustancias psicoactivas se ve multiplicada.

Prueba de esto es el Tercer Estudio Nacional de Salud Mental, realizado en Colombia en el año de 2003 el cual contiene datos que pueden interpretarse como factores de riesgo específicos: la prevalencia de cualquier trastorno por uso de SPA es 20.8% en hombres y de 2.6% en mujeres.

En Colombia, tal vez debido a la difícil situación que atraviesa el país, la prevalencia de cualquier trastorno es muy alta: 40.1% de la población, lo que significa dos de cada cinco personas presenta al menos un trastorno mental en algún momento de su vida (Ministerio de Protección Social 2003); en los últimos 12 meses, el índice es de 16.0% y en los últimos 30 días es de 7.4%. Todas estas cifras son alarmantes. Los trastornos más frecuentes son los de ansiedad 19.3%, los afectivos 15.0% y los trastornos por uso de sustancias. Entre los hombres el abuso de alcohol es el problema más común, en tanto que para las mujeres la depresión es mayor.

El estudio también discrimina por regiones. Bogotá es la que presenta la prevalencia más elevada de trastornos alguna vez en la vida 46.7%; la región Pacífica muestra la prevalecía más elevada de trastornos afectivos en los últimos 30 días con 2.7%; Bogotá y la región Pacífica muestran la prevalencia más elevada de trastornos de ansiedad con 6.7%; y la región Pacífica para trastornos por uso de sustancias 1.8%.

Por último, el consumo de SPA como marihuana, cocaína y bazuco en Colombia no difiere marcadamente de los resultados sobre consumo de estas drogas en países como Ecuador, Bolívar y Panamá; sin embargo, sí existe una gran diferencia de consumo entre los países latinoamericanos y los Estados Unidos, en donde el consumo es mayor. 

ALCOHOL

La intoxicación si se llega a 300 mg/dl puede provocar delirium.En el consumo crónico se ha descrito un doble riesgo de coomorbilidad con otros trastornos psiquiátricos: depresión, ansiedad, celotipia, alucinaciones.

La intoxicación idiosincrásica es un cuadro controvertido que puede aparecer con pequeñas cantidades, puede durar varias horas, terminando con una fase de sueño prolongado con amnesia posterior. La abstinencia puede presentarse de 4 a 10 horas después de la disminución o supresión de la ingestión del alcohol. El riesgo persiste de 7 a 10 días. Entre los factores que pueden predisponer o agravar los síntomas se encuentran la fatiga, la malnutrición, la enfermedad física y la depresión.
Por último, en sujetos alcohólicos el delirium tremens es una emergencia con alta morbimortalidad. El riesgo es mayor cuando existen enfermedades médicas asociadas (infecciones, traumatismos craneales, malnutrición) o cuando el consumo ha sido muy prolongado.

COCAÍNA

Los efectos son en general inmediatos pero breves (de 30 a 60 min)  necesitando repetir la dosis para conseguir los mismos efectos. La intoxicación produce euforia, aumento de la sociabilidad, la hiperactividad psicomotora, conductas potencialmente peligrosas y violentas, delirium, trastornos perceptivos, reacciones psicopáticas paranoides y síndromes maníacos.

En la abstinencia por un período entre 18 horas y 7 días a veces se da una reaparición de los síntomas tras una mejoría inicial. En todo caso, lo más usual es que el estado psicopático desaparezca luego de la suspensión de la ingestión de la cocaína en un período que varía entre tres días y tres semanas; eventualmente los trastornos psicóticos se mantienen durante varios meses y algunos autores consideran que pueden incluso llegar a ser permanentes.

ALUCINÓGENOS

Los primeros síntomas de la intoxicación aparecen a los minutos o pocas horas del consumo inicial. Los efectos máximos ocurren a las 2 ó 3 horas del consumo y terminan en pocas horas o días.

Se produce ansiedad, euforia o depresión marcada, un miedo a perder el control y crisis de pánico, alteraciones perceptivas diversas: percepciones muy intensas, enlentecimiento del tiempo vivido, desdoblamiento de la imagen corporal, alucinaciones (sobre todo visuales), trastorno perceptivo persistente conocido como flashback, consistente en una reexperimentación de síntomas perceptivos, la reminiscencia de intoxicaciones previas, permaneciendo intacto el sentido de la realidad. Esto ocurre entre el 15 y el 50 % de los consumidores de alucinógenos tras el abandono del consumo y pueden perdurar por años.

CONCLUSIONES

Existen muchas teorías etiológicas acerca del consumo de SPA. Algunas hacen énfasis en la adicción como una patología cerebral, relacionada con la escasez de receptores dopamina, neurotransmisor relacionado con las funciones motrices, las emociones y los sentimientos de placer. La dopamina, puede ser la causa por la que las personas obesas se aferran a la comida, asícomo los alcohólicos a la bebida y los drogadictos a las drogas, según el resultado de investigaciones realizadas por científicos estadounidenses, de tal manera que puede que los adictos consuman SPA para estimular los circuitos cerebrales del placer que en ellos son escasos. Otras teorías como la psicoanalítica o la conductual se centran en las experiencias y el aprendizaje temprano como causa de las conductas adictivas.


Las consecuencias derivadas del consumo abusivo de SPA, incluye desde la psiopatalogía, donde se registran casos de psicosis alucinatorias, delirum, crisis de pánico, apatía, depresión y alteraciones del sueño, así como trastornos sexuales y episodios violentos.

El problema del abuso de este tipo de sustancias está constantemente extendiéndose a nivel internacional pero también en nuestro país, donde a pesar de que no existen estudios que establezcan con regularidad los índices de consumo (el último gran estudio sobre consumo en Colombia data del 2001), se ha dicho que la edad de iniciación es cada vez más temprana y que los jóvenes de hoy consumen más, según indica un informe del Ministerio de Protección Social del 2005.

El problema más grande es que en nuestro país el tema siempre ha estado desarticulado y falta una política integral que incluya: promoción de la salud y prevención de consumo; tratamiento, rehabilitación y reinserción social; investigación y sistemas de información, primero que medidas que solo buscan satisfacer las disposiciones internacionales en materia de control del narcotráfico.

RESTREPO ATUESTA MF. El problema del consumo de sustancias psicoactivas en: Grupo de investigación en violencia, criminalidad y familia en la costa caribe colombiana/universidad simón bolívar. Colombia. 2008 pg 1-24.




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